Rapsodia inconclusa, Nicola Costantino

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Rosario, Argentina

El Pabellón Argentino de la 55 edición de la Bienal de Venecia (2013) fue noticia por motivos extraartísticos. Una pintada diminuta centraba las miradas de periodistas y espectadores. “El curador y la artista consideran este espacio innecesario y que puede confundir la interpretación de la obra”, decía el grafiti ejecutado por Nicola Costantino y Fernando Farina.

Se referían a la quinta y última estación, que fue encargada directamente por la presidenta Cristina Kirchner (al igual que el título de la exposición). En esa parte final de la muestra se exhibían tres videos, uno de ellos con imágenes de La Cámpora, agrupación política cercana a los Kirchner. La injerencia política en dicho pabellón opacó la creación de Costantini, que cavilaba, a través de cuatro estaciones (Eva. Los sueños, Eva. El espejo, Eva. La fuerza y Eva. La lluvia), sobre la figura de Eva Perón.

No de una forma literaria, ni abiertamente favorable o desfavorable, sino sugerente, emocional y metafórica, centrándose más en la figura íntima y especulando sobre sus avatares personales, en lugar de trabajar con el lado público o político. Tres años después, lo que vemos en los distintos pisos del Museo Macro de Rosario es una reconstrucción del montaje que fue llevado a Venecia (incluida la parte encargada por Kirchner), con toda la información relativa a la polémica por esa imposición desde estamentos políticos. En la gira actual de la creación multidisciplinar de Costantini se repite el mismo problema que ocurrió en su puesta a punto: la disputa comparte protagonismo con la pieza, que incluye video, instalación y proyección sobre un escenario que recrea el entorno de Eva Perón.

Todo ello acompañado además de una entrevista a la artista. Una buena oportunidad para que el espectador argentino conozca la obra que representó a su país en la Bienal veneciana y reflexione acerca de la injerencia política en el arte, de la gestión de la polémica en los medios de comunicación y de la exposición posterior de un escándalo poco disimulado.